Albert Einstein no fue un científico común. El hecho de que podemos encontrarnos fotografías y/o representaciones (caricatura, dibujos, documentales, etc.) suyas en prácticamente cualquier soporte (como láminas decorativas, camisetas, tazas e incluso diferentes tipas de muñecos) no hace otra cosa, sino que confirmarnos la fama mundial que ha alcanzado este científico. Su particular carácter y su legado lo han convertido incluso en un icono de la cultura pop del siglo XX, pues no es raro encontrar referencias suyas en diferentes ambientes populares como la de la fotografía. En este mural realizado en una de las paredes de un transformador de una estación de San Petersburgo se representa la que, a mi parecer, es la foto más famosa de Albert Einstein donde puede apreciarse parte de su innegable carisma. En ella, puede verse como el científico con su característico pelo alborotado y su frondoso bigote saca la lengua con mucho descaro, mirando fijante a la cámara, en un intento de burlarse del periodista Arthur Sasse que estaba sacando la ya icónica instantánea.

Fuente: Shutterstock

Probablemente poca gente que pase al lado de este mural no sepa que en él se represente a Albert Einstein, el considerado por muchos como el científico más popular del todo el siglo XX. Fue el creador de la teoría de la relatividad que revolucionó por completo la ciencia al iniciar un debate sobre la incompatibilidad entre la mecánica newtoniana y el electromagnetismo. Pero esta, no fue ni mucho menos su única aportación a la ciencia. Sus logros científicos fueron numerosos a la vez que claves para el avance de la ciencia en el siglo XX. Incluso, fue el inventor responsable de 50 patentes. Una de las más relevantes, realizada en colaboración con Leo Szilard, fue la concepción de un sistema de refrigeración que evitara la generación de gases peligrosos. Además, elementos muy comunes hoy en día como los paneles solares, los lectores de códigos de barras, el encendido automático de las farolas o los rayos láser fueron desarrollados a partir del conocimiento que generó Einstein en su momento.

Sin embargo, en mi opinión, lo que lo hizo tan famoso a escala mundial no solo entre sus colegas de profesión sino entre el resto de ciudadanos fue su personalidad desbordante. Era muy habitual encontrarlo en tertulias intelectuales de todo tipo donde lograba buenas amistades procedentes de todos los ámbitos de la cultura lo que facilitaba una compresión del mundo más amplia y la posibilidad de excelentes colaboraciones.

Mileva Maric / wikipedia

Al contrario de lo que pudiera parecer no tuvo una infancia fácil. Tardó mucho en empezar a caminar y siempre demostró cierta dificultad para expresarse, ya que hablaba muy despacio y no era capaz de construir las frases correctamente. De hecho, no empezó a hablar hasta los 3 años y no consiguió hacerlo de forma fluida hasta los 9. En este sentido, diversos autores defienden que Einstein tenía el síndrome de Asperger, que forma parte de los Trastornos del Espectro Autista y provoca un déficit en la comunicación y ciertos problemas en las habilidades sociales. A pesar de esto, se crio muy motivado por las atenciones de su tío Jacob. Este ingeniero con una gran inventiva alimentó su curiosidad por la ciencia facilitándole el acceso a libros y le animó a llevar a cabo investigaciones en el taller de su casa. Aunque la relación acabó francamente mal, con comportamientos misóginos incluidos, otro apoyo esencial que tuvo Einsten en su vida fue su primera mujer Mileva Maric. Se conocieron mientras estudiaban juntos físicas en Zúrich y, a pesar de que a día de hoy no está claro, parece que tuvo un papel clave para el desarrollo de la teoría de la relatividad. Tan segura estaba de los avances de su marido a la ciencia que lo único que pidió tras el divorcio fue que si llegaba el día en el que Einstein recibía el Premio Nobel el premio económico iría íntegramente para ella y sus hijos, y así fue.

En la década de los 30, Einstein recibió una oferta de trabajo como investigador en la Universidad Central de Madrid de la Segunda República Española. Sin embargo, decidió rechazarla e irse a Estados Unidos donde terminó siendo considerado el padre de la bomba atómica, aunque él no trabajo directamente en el Proyecto Manhattan. El uso de la bomba atómica contra Japón fue algo de lo que indirectamente se sintió responsable con gran pesar ya que siempre había sido un fuerte defensor del pacifismo y de la libertad individual.

Referencias:

Cuatro aportaciones de Einstein a nuestra vida cotidiana

Los inventos olvidados de Albert Einstein

Cinco cosas que no sabías de Albert Einstein

Einstein: cómo convetir la ciencia en cultura pop

Mileva Maric, la mujer detrás del Nobel de Einstein

2 comentarios sobre “Einstein, un científico como icono del siglo XX

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