Siempre me ha gustado la ciencia, la tecnología bastante menos. Sin embargo, nunca me he parado a pensar en como los avances científicos y las transformaciones tecnológicas nos cambian no solo ya como individuos sino también como sociedad. En este sentido para mi la innovación y el progreso eran conceptos no iguales, pero si muy similares y estrechamente relacionados y que los dos aportaban mejoras que tarde o temprano se acabarían traduciendo en un aumento de la calidad de vida, de la felicidad y del bienestar. Pero… ¿esto es realmente cierto?

Empecemos por el principio. El progreso científico y tecnológico es la acumulación de conocimiento que siempre avanza con las investigaciones y desarrollos de las diferentes generaciones. En cambio, la innovación es un proceso que introduce novedades y que se refiere a modificar elementos generalmente ya existentes (aunque también es posible en la implementación de elementos totalmente nuevos). Así que yo puedo generar progreso mediante mi trabajo como investigadora, pero eso no implica que este realizando ningún tipo de innovación.
Hay que tener en cuenta que el progreso social no va necesariamente unido al progreso tecnológico. De hecho, en ocasiones la tecnología puede suponer un retroceso al hacer crecer las desigualdades entre diferentes culturas o entre miembros de una misma sociedad ya que puede provocar que la riqueza se acumule en ciertas personas, así como ocasionar un deterioro del clima social o del medio ambiente. Así que es necesario que entendamos que la ciencia y la tecnología pueden ser utilizadas determinadas empresas y/o gobiernos para obtener determinados beneficios y entrar en conflicto con lo que se conoce como el «interés público”. Puede que algunos piensen que esto es inevitable y que la tecnología ya ha escapado a nuestro control ya que si alguna innovación puede realizarse alguien la llevará a cabo en algún momento y en algún lugar independientemente de que vaya a traspasar los límites legales o éticos (determinismo tecnológico). Sin embargo, hay autores que creen que aún estamos a tiempo y apuestan por las tecnologías entrañables que son aquellas que vayan a favor del verdadero progreso y de la Humanidad (que sean sostenibles, comprensibles, igualitarias, socialmente responsables). Por ejemplo, la aparición de los cursos masivos abiertos en línea (MOOCs) que permiten una enseñanza autosuficiente, sin limitaciones y gratuita sobre la temática o campo deseado. Sin embargo, en mi opinión, la educación presencial nunca será completamente eliminada ya que hay ciertos elementos como el compartir espacio y experiencias con profesores y compañeros que son muy difícilmente reemplazables.
Así que, es indudable que las continuas innovaciones que se producen cada día en nuestro mundo hacen que tengamos unos dispositivos con una tecnología más avanzada, pero ¿hacen que nuestro mundo progrese? ¿hacen que nuestra sociedad esté mejorando?