Durante mucho tiempo hemos creído que durante la Edad Media la humanidad se sumergió en una época oscura caracterizada por un profundo retroceso intelectual y cultural. Según hemos asumido, vivir esos tiempos era intentar sobrevivir en un mundo dominado por la ignorancia, la superstición, las guerras, las enfermedades, el hambre y unas profundas desigualdades sociales. Y esto quizá sea, en parte, cierto en Europa ya que no podemos negar que la caída del Imperio Romano tuvo un fuerte impacto económico y social durante mucho tiempo. Pero… ¿y en el resto del mundo?

En la misma época, en otras partes del planeta había civilizaciones que se encontraban en plena extensión territorial y cultural. El imperio turco y el imperio islámico se encontraban en plena expansión, India se encontraba en una edad dorada y China asentaba su superioridad cultural. Los avances científicos y tecnológicos que tenían lugar en estas sociedades se producían en temas muy diversos. Por ejemplo, la civilización del Valle del Indo que se extendió por Babilonia y Egipto era especialista en la construcción y la planificación urbana así como en medición y el pesaje de diferentes magnitudes. Esta y otras sociedades de Oriente tuvieron la oportunidad de transmitir su conocimiento científico y su cultura a las civilizaciones de Occidente, y viceversa. Algunos de los principales contactos que sirvieron como vehículos de difusión de los conocimientos propios de Oriente y Occidente fueron las guerras, pero sobre todo las múltiples y amplias rutas comerciales que se establecieron entre Europa y Asia.

La ruta de las especias, es un itinerario principalmente marítimo en la que las embarcaciones partían desde el Mediterráneo, cruzaban el Mar Rojo, pasaban por las costas de los océanos Índico y Pacífico hasta alcanzar finalmente el este de China. Las especias que se comercializaban en esta ruta tenían un alto valor económico en aquella época además de múltiples usos siendo las principales aplicaciones la cocina, la conservación de alimentos, la elaboración de medicinas y la creación de perfumes. De ahí que los europeos idearan diferentes formas para llegar hasta los países de Oriente donde podían encontrarse este tipo de productos de lujo. La idea de buscar una ruta marítima, en lugar de un itinerario terrestre como en el caso de la Ruta de la Seda, surgió para conseguir mayores beneficios al tratar de evitar a los intermediarios. Además, el negocio para los comerciantes no solo consistía en la importación monopolizada a Europa de las especias, sino que también estaba basada en su posterior distribución por el continente.

Por un lado, la ruta de las especias sirvió de forma directa para impulsar el crecimiento y el desarrollo científico ya que algunas especias presentan propiedades medicinales por tener compuestos con efecto antioxidante, antimicrobiano y/o antiinflamatorio. Además, con el tiempo a las embarcaciones que recorrían este itinerario en dirección a Oriente se fueron incorporando expertos en diferentes materias científicas como geógrafos, geólogos, botánicos o zoólogos lo que facilitó la adquisición de nuevos conocimientos a lo largo de la ruta de las especias. Asimismo, los múltiples viajes realizados durante siglos facilitaron una mejora de los mapas existentes al permitir la correcta representación del trazado de las costas, ríos, bahías y puertos, así como la inclusión de otros obstáculos y rutas marítimas. De igual forma, la ruta de las especias también facilitó la expansión de instrumentos como la brújula, un utensilio tremendamente útil para navegar que fue inventado por los chinos pero perfeccionado por los árabes.
Por otro lado, las especias jugaron un papel muy relevante en el desarrollo de las sociedades al presentar no solo un valor de cambio por considerarse un producto de lujo sino que también servían de indicador de la presencia de una cultura gastronómica con raíces profundas. Tan importantes eran las especias en aquella época que, como la mayor parte de la población no tenía acceso a ellas por alto precio, era bastante común que se adulteraran. Hecho no solo considerado un crimen sino que podía conllevar la pena de muerte.
Las diferentes rutas comerciales que conectaban Oriente y Occidente, entre las que estaba incluida la ruta de las especias, estuvieron dominadas por los navegantes y comerciantes portugueses por los beneficios obtenidos en el Tratado de Tordesillas. En cambio, más adelante la ruta de las especias estarán principalmente explotadas por los holandeses por las concesiones conseguidas para el comercio de este tipo de productos a través de la compañía de las Indias Orientales.
El intercambio cultural y científico que se produjo entre Oriente y Occidente como consecuencia del establecimiento de la ruta de las especias fue constante, aunque lento. Así las diferentes civilizaciones de Occidente mantenían un contacto permanente con las culturas mediterráneas europeas. De hecho, algunos autores respaldan la idea de que la globalización, tal y como la conocemos hoy en día, se inició en el mismo momento en el que se instauró esta ruta comercial.
Referencias
Cómo las especias incentivaron los viajes de exploración y el comercio
En busca de las especias: 500 años de la primera vuelta al mundo
La Expansión Oceánica Europea – Las Rutas Comerciales
La Edad Media no fue tan oscura como nos la contaron
Las grandiosas rutas comerciales de la Edad Media, ilustradas en este detalladísimo mapa
Super excelente el artículo, lo he compartido en mis redes Salu2.
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