La globalización ha hecho que el mundo sea un lugar cada vez más ultraconectado. Todos los ámbitos de nuestra sociedad (economía, política, tecnología, sociedad, cultura y salud) están marcados por esta conexión a nivel global. Sin embargo, la globalización, entendida como la interacción y la conexión de diferentes macrorregiones no es nueva, ni mucho menos. La interacción de sociedades distantes ha tenido lugar desde hace varios siglos. En este sentido, la globalización tiene una larga historia, que va del siglo XVI hasta la actualidad, y solo puede comprenderse en su historicidad. Su inicio en el siglo XVI fue posible por los avances producidos en la navegación marítima de larga distancia. En este sentido, la inauguración del galeón de Manila en 1565 conectando a la Nueva España con China, por mediación de las islas Filipinas, representa una fecha emblemática. La conexión de Europa y Asia con América permitió la construcción de una red de transportes que posibilitó la circulación del saber y que daría lugar a importantísimos intercambios culturales y científicos iniciando un periodo de globalización. Con el paso de los siglos, a este proceso de globalización también se unirán las regiones que hoy en día son Canadá, Estados Unidos y el Pacífico Australiano al ser incluidas en las conexiones marítimas.

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Tanto América Latina en su conjunto, como más particularmente México,  jugaron un papel clave en este proceso de globalización del siglo XVI. Sus viajes habituales con España y China le permitieron ser el centro de este proceso. Y el estudio de esta centralidad mexicana, nos puede ayudar a deseuropeizar la historia, al permitirnos hacer una reflexión sobre la historiografía general de repensar el proceso de globalización y la circulación del saber en los siglos XVI y XVII.  Esta etapa de globalización temprana estuvo marcada por la consolidación de las vías de comunicación y del comercio transoceánico, los flujos transcontinentales de dinero y de personas, las redes de información, la transferencia científica y cultural, la hibridación y los procesos de sometimiento.

Aunque la movilidad propiciada en un principio por los europeos hizo posible la circulación del saber entre las diferentes culturas y el inicio de la globalización, y siempre se ha tratado esta parte de la historia desde un punto de vista europeo no podemos hablar de una hegemonía occidental. Y es que, desde hace poco la historia de la ciencia por fin ha empezado a incorporar a los intermediarios (entre los que se incluyen los indígenas) como responsables de buena parte de la circulación del conocimiento y de los intercambios culturales entre las diferentes sociedades.

Hay dos casos muy representativos de la circulación del conocimiento en el México del siglo XVI. Por un lado, estaría lo que denominaron el reino del sucedáneo. Y es que los descubridores del Nuevo Mundo fueron animado a describir y catalogar todas aquellas colecciones naturales disponibles en aquel momento. Sin embargo, como una gran cantidad de animales y plantas eran totalmente desconocido en Europa, estos eran descritos como sucedáneos de los seres vivos conocidos por los occidentales. En este sentido, se produjo un proceso de apropiación por parte de los europeos de muchos productos naturales para sustituir aquellos usados en el Viejo Continente, que además en muchos casos tenían mejores características.

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Por otro lado, tendríamos la medicina de la conversión. La estrecha relación entre salud/enfermedad y religión que se produjo en el siglo XVI en América Latina propició el establecimiento de un territorio privilegiado de negociación, adaptación y modulación del discurso evangelizador. Y es que la cantidad de población cristiana (católicos y protestantes) que hoy existe en el mundo, casi 32% de la población mundial, no podría comprenderse sin las misiones que aparecieron en el siglo XVI por la América hispana, logrando la conversión de la población local. Este papel fundamental que la medicina jugó en la conversión de la población indígena sería esencial en la configuración de las culturas médicas siguientes. No podemos olvidar que este período estuvo marcado por una gran catástrofe demográfica con una oleada de muerte masiva (de hasta el 80-90%) debido a la llegada de enfermedades por parte de los occidentales.

En conclusión, los intercambios culturales y la circulación del saber favorecidos por los intercambios transatlánticos frecuentes entre Europa y América permitieron la adquisición de conocimientos por ambas partes dando lugar a un mosaico cultural amplio y complejo.

Referencias

Apuntes teóricos para el estudio de la Globalización desde la perspectiva de las Relaciones Internacionales

Conferencia del Dr. José Pardo Tomás “Centro y corazón desta gran bola. Globalización y circulación del saber desde México (1520-1620)”.

La globalización temprana

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