La verdad es que para mí el uso de las matemáticas siempre ha sido cosa de resolver problemas de letras y números, pero nunca he tenido la oportunidad de verlas aplicadas a la vida real. Y para que eso no os pase también a vosotros hoy escribo sobre matemáticas y pandemias.

Foto de L N / Unsplash

La primera pandemia del siglo XXI se anunció el 11 de junio de 2009. Había aparecido una nueva gripe, el virus influenza A H1N1 (ese nombre se debe a las hemaglutininas y neuroaminidasas que lo caracterizan), procedente de los cerdos. Los síntomas de la gripe A eran bastante típicos: fiebre muy alta, dolor de garganta, tos seca, secreción nasal, dolor corporal, dolor de cabeza y etc. Pero, aunque la población de riesgo era similar a la gripe estacional, los jóvenes se vieron más afectados que de costumbre.

Para prevenir y tratar una enfermedad es importante saber sus síntomas y qué personas son las más vulnerables contra el patógeno que la produce. Pero también es muy importante conocer cómo se va a propagar la enfermedad para poder estimar el número de personas susceptibles de contagio, las personas infectadas y las recuperadas (algo imprescindible para saber si el sistema sanitario va a ser capaz de soportarla). Esto puede hacerse a través del modelo matemático SIR. Para poder hacer los cálculos es necesario conocer R0 (índice reproductivo o número de reproducción) que es el número de nuevas personas infectadas por cada caso. Para la gripe A el R0 estimado es entre 1,1 y 1,8 (ya que no es algo constante). Si R0 baja por debajo de uno se espera que la epidemia desaparezca por si sola.

Todas las enfermedades infecciosas tienen un R0. Sin embargo, esto de las pandemias no es que suceda muy a menudo (aunque está bastante de moda). Entonces, ¿cuándo se produce una epidemia/pandemia? Pues las matemáticas nos dicen que habrá una pandemia cuando el porcentaje de gente que es susceptible de padecer la enfermedad sea mayor que el número resultante de dividir 1 entre el valor de R0. Por eso, si somos capaces de reducir las personas susceptibles, por ejemplo mediante vacunas, podemos intentar controlar la aparición de epidemias.

La pandemia de la gripe A se dio por terminada el 10 de agosto de 2010 ya que a pesar de que el virus se extendió por todo el mundo (infectó entre el 20% y el 40%) se dejaron de producir grandes brotes y una parte importante de la población ya tiene inmunidad. Sin embargo, se espera que el virus se mantenga en la población durante años.

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