La mayoría de publicaciones científicas suele presentar alguna (o varias) gráficas, que básicamente son representaciones de datos convertidas en un elemento visual. Cuando las gráficas están bien hechas, somos capaces de entender la información transmitida por números a través de la por la vista sin la necesidad de estos. Pero no solo eso, sino que las gráficas también nos pueden ayudar a comprender mejor procesos, cronologías o jerarquías. Además, en numerosas ocasiones el uso de estas representaciones gráficas nos facilita el hecho de llegar a unas conclusiones.

Hacer una «buena gráfica» puede ser más complicado de lo que puede parecer a simple vista pues hay que decidir diferentes aspectos que van a determinar en qué medida los datos (y la idea que queremos transmitir con ellos) van a ser comprendidos. Por ejemplo, elegir correctamente el tipo de gráfico (barras, líneas, tartas, etc.) que vamos a usar para representar nuestros datos probablemente influya fuertemente en la compresión de los mismos.

En ocasiones varias gráficas pueden usarse con el mismo objetivo. Por ejemplo, en estas representaciones gráficas incluidas como dos paneles dentro de la misma figura (Muras et al., 2018) se quiere mostrar que, aunque las bacterias se cogieron de muestras de agua muy distintas (90 y 2000 metros de profundidad) la diversidad que se encontró en las cepas aisladas en el laboratorio fue muy parecida. Es decir, aunque las muestras de agua se recogieron de ecosistemas muy diferentes, los datos indican que las bacterias que viven en ellos son muy similares en cuanto a los filos y a los géneros a los que pertenecen. Para ello, en la primera representación se comparan los filos de ambas muestras utilizando una gráfica de barras (A), en la que aparece el tipo de muestra mostrada en el eje X y la abundancia relativa expresada en porcentaje en el eje Y. En cambio, para comparar los géneros de las bacterias más abundantes en las muestras de agua de las dos profundidades se utilizaron gráficas de tartas (B). Cada muestra de agua tiene su propia gráfica de tarta, en las que cada porción representa un porcentaje del total que sería el 100%.

A pesar de que las gráficas son visualmente muy mejorables transmiten de forma eficiente la idea de que las poblaciones bacterianas obtenidas en el laboratorio son prácticamente idénticas, tanto en sus filos como en sus géneros mayoritarios, aunque ambas muestras de agua fueron obtenidas de ecosistemas tan diferentes (90 y 2000 metros de profundidad).

4 comentarios sobre “Elementos gráficos en publicaciones científicas

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